21 de julio de 2010

EL SERENO ADIÓS

La imagen del espejo le sonríe ligeramente, a su modo sereno, con un gesto de beneplácito. Iván Infestas no tiene nada que reprocharse. En el balonmano ha exprimido al máximo sus condiciones. Ha compensado con el conocimiento del juego la estatura o la fuerza que quizás le faltaban. No ha sido una estrella sino un artesano, que en cada partido dignificaba su oficio. Por eso cierra esta puerta con más dicha por lo vivido que nostalgia por lo que pierde.



El presidente del Pilotes Posada, Javier Rodríguez, lo incluye siempre en sus cuentas de la próxima temporada. "Dice que se va a retirar, pero intentaré convencerlo", explica el mandatario, que lo tienta con un adiós glorioso en la Copa del Rey que acogerá As Travesas en 2011. "Pero no es algo que tenga que decidir, está decidido ya", sentencia Iván Infestas. El primera línea, corazón académico del último lustro, rostro distinguible del balonmano gallego, disputará este sábado en Logroño su último encuentro. La última batalla, perdida de antemano en la clasificación, ganada en la memoria.
La vida le obliga a dar el paso. Infestas ha combinado desde Navidad el balonmano profesional con la representación de una firma de prótesis e implantes quirúrgicos. "Llevo cinco meses sin ver a mi familia", resume. Es lo más doloroso de sus carreras contra el reloj, de las horas robadas al sueño, multiplicándose con la lengua fuera. Retirarse es "una condición imprescindible que me pone la empresa porque en este tiempo he dejado de hacer cosas que debía, como irme a congresos". Y es también otro ejercicio de dignidad: "Quique Domínguez (el entrenador) ha abierto mucho la mano. Le he llamado muchas veces media hora antes de un entrenamiento para decirle que no podía ir o que llegaría tarde. Así no se puede seguir".
Si aceptó jugar hasta mayo, fue por devoción al Pilotes. Y ha cumplido. "He tenido una buena segunda vuelta, aunque estaba algo hastiado por tantos compromisos". En este tiempo soñó con el epílogo bello de la permanencia y la fortuna se lo ha negado: "Desde el pasado martes (cuando la derrota en Arrate los condenó) no me quito de la boca ese regusto amargo. Tuvimos mala suerte con las lesiones, malos arbitrajes y un mal rendimiento colectivo", se resigna.
Atrás quedarán 16 años de profesional y el balance le sale positivo: "He estado siempre en equipos modestos. En 12 ó 13 temporadas se han cumplido los objetivos. No puedo quejarme". El balonmano le ha dado de comer y mucho más: amores y cariños, un país al que sentir. Nacido en Terrassa hace 35 años, tal cosa se antoja hoy un accidente: "Desde que llegué a Galicia supe que me quedaría aquí. No concibo irme de Vigo". En esta ciudad se casó, de esta ciudad son sus hijos, esos que "llevan toda la vida en pabellones". También a ellos se les hará extraño que papá no se levante a las sobremesas de los sábados. "No me imagino en el primer fin de semana de octubre, sin el enganche del balonmano". Medita si mitigar su desazón enrolándose en un equipo amateur.
Y mientras, se contiene las emociones. "No soy de llorar por las esquinas". Infestas es un artesano del balonmano, un obrero que ha aplicado en cada tornillo su sabiduría y asume con naturalidad los ciclos de la vida. La peña "Sempre Octavio" le regaló una placa conmemorativa. "No me siento cómodo con los homenajes. A nadie se los hacen cuando se va de una empresa. Yo no soy Barrufet", razona. Pero es en su esencia tanto como el azulgrana. Infestas aprendió a conocer el juego, desentrañó sus secretos, ofreció siempre el máximo que sus condiciones permitían. Sólo dudó una vez, en su último año en el Teucro, al que se había mudado desde el Chapela y donde lo ninguneaban. Se recuerda sentado en la grada, preguntándose para qué seguir, perdido el norte que se fijó de niño. El Pilotes le llamó y en el Central supo reinventarse. Por eso hoy puede presumir: "Me voy con la conciencia tranquila".



"Pero si Infestas es un juvenil"

La afición crea un grupo en ´Facebook´ para pedir que el capitán del Pilotes, Iván Infestas, no se retire




M.G. - VIGO En las redes sociales tienen cabida todo tipo de reivindicaciones. Y precisamente en una de ellas, concretamente en el ´Facebook´, ha encontrado su hueco un grupo de aficionados del Pilotes Posada que ha creado un grupo bajo el lema "Yo tampoco quiero que Infestas se retire, ¡Si es un juvenil!".

El capitán del conjunto rojillo, que acaba de perder la categoría, ya ha manifestado su intención de retirarse al concluir la presente temporada. Concretamente el partido de mañana en Logroño, ante el Naturhouse La Rioja, podría ser el último de Infestas con la camiseta del Octavio. Pero la afición no se resigna a quedarse sin uno de sus emblemas ahora que el equipo tiene la difícil misión de regresar a la Liga Asobal la próxima temporada. Será un partido triste, sin alicientes, una vez confirmado ya de forma matemática que el Pilotes tendrá que jugar en la División de Honor B el año que viene.
"El balonmano sin Iván no será lo mismo" es sólo uno de los mensajes que han dejado los más de 70 fans que se han unido al grupo creado en ´Facebook´.
Incluso los hay que le piden que ayude al equipo a recuperar la categoría. Tras 16 años como profesional, y casi 14 en Galicia, este catalán de corazón gallego se ha ganado el cariño de la afición, una afición que ahora clama por su continuidad. No se resigna a quedarse si uno de sus guías en un momento tan delicado para el equipo.
Sus compromisos laborales le han obligado a tomar la determinación de retirarse. Incluso algunos de sus compañeros de equipo, y de otros jugadores con los que compartió vestuario en campañas anteriores, se han unido a este grupo.
Todos unidos por un sentimiento común, su amor al Pilotes y el reconocimiento a toda una trayectoria profesional. 

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