22 de agosto de 2010

Resultado del XVIII Trofeo Cidade de Vigo

  RESUMEN DE PRENSA

 


 

El primer triunfo del fin de semana (30-44)

El Barça Borges ganó el primer amistoso contra el Octavio Pilotes Posada de Vigo, al que se impuso por 30 a 44. Cada jugador pudo jugar una media de veinte minutos.

El 9 a 12 que reflejó el marcador durante la primera parte fue la última vez que ambos equipos estarían cerca. A partir de aquí el Barça fue incrementado las diferencias hasta conseguir ganar con claridad.

Una baja y un retorno
Ayer volvió a jugar Iker Romero después de su lesión. Quien no pudo jugar fue el sueco Magnus Jernemyr, ya que tenía un proceso gripal. Álvaro Ruiz, de la cantera, pudo debutar con el primer equipo en la pretemporada. El resto de jugadores pudieron jugar unos 20 minutos de media. En cuanto a los porteros, estuvieron bajo palos los tres, con siete paradas cada uno.

Trofeo Ciudad de Vigo
El conjunto de Xavi Pascual se llevó el Trofeo Ciudad de Vigo tras imponerse con contundencia ante el Octavio, un equipo que bajó de categoría el año pasado. Los de Quique Domínguez mostraron a sus aficionados las armas con las que esta temporada intentarán recuperar la categoría, pero ayer los azulgrana, que se toman los amistosos con mucha intensidad, ganaron sin contemplaciones.


 

 El Pilotes hace lo que puede ante un Barça descomunal

Juanjo Ruesga fue el mejor del Octavio, que sólo pudo aguantar veinte minutos
 B.B.B. - Vigo - 21-08-2010

 El Pilotes Posada para la temporada 2010/11 se presentó ayer ante su afición con la disputa del XVIII Trofeo Cidade de Vigo, en el que el Barcelona demostró, una vez más, poseer una plantilla de otra galaxia. El objetivo a estas alturas de la pretemporada es rodarse y tanto Quique Domínguez como Pasqui repartieron minutos entre sus hombres.
La hinchada local tuvo la ocasión de ver por primera vez en directo a los nuevos fichajes del equipo, entre los que cabe destacar el gran partido de Juanjo Ruesga –máximo goleador con siete tantos–, la valentía de Dani Cerqueira y el buen hacer de Fran González. Por su parte, Cerillo cumplió co¬o en él es habitual y Kobin dejó muchas dudas con respecto a su recuperación. En cuanto al Barça, los Víctor Tomás, Rutenka, Nagy y compañía hicieron lo que se espera de ellos, pero lo más sorprendente fue ver el excepcional nivel de los canteranos que Pasqui se trajo a Vigo. Gonzalo, un buen portero; Saubich, un extremo muy veloz; Molina, un lateral con una gran planta y un mejor disparo. El Pilotes aguantó el tirón veinte minutos, gracias sobre todo al acierto en el lanzamiento exterior de Ruesga, a pesar de que el Barça apretaba mucho en defensa y los árbitros favorecían siempre a los catalanes en caso de duda. Sea como fuere, la lógica se impuso con el paso de los minutos y el equipo blaugrana apretó el acelerador en el último tramo del primer tiempo para irse nueve arriba al descanso. En la segunda parte, bajó el pistón en defensa –lo que no evitó una acción brutal de Oneto sobre Montávez– y el público vigués pudo disfrutar de un buen espectáculo en el plano ofensivo.





El Pilotes pasa un día en otra galaxia

El Barcelona ofrece su impresionante repertorio para llevarse con la claridad esperada el Ciudad de Vigo

Víctor Frade es presionado por Igropulo durante el 
encuentro de ayer. // José Lores 
JUAN CARLOS ÁLVAREZ - VIGO
La galaxia a la que quiere regresar el Pilotes Posada se dio un paseo ayer por As Travesas para recordarle a todo el mundo lo que se ha perdido con el descenso de categoría, pero también el hermoso premio que espera dentro de unos meses si se hacen los deberes. Resulta duro pensar en una temporada sin el balonmano que representa este maravilloso Barcelona que ayer acudió al Central para llevarse el Trofeo Ciudad de Vigo después de imponerse al Academia Octavio con la contundencia a la que obliga el abismo que separa ambos conjuntos. Los de Quique Domínguez, en medio de estos días de mucho entrenamiento, de sesiones dobles, de piernas cargadas y de reflejos adormilados, mostraron ante sus aficionados las armas con las que piensan recuperar la categoría perdida y levantaron cierto optimismo entre los aficionados.
El Barcelona no es un equipo, es un ejército de ocupación que además se toma los amistosos con una intensidad que podría sorprender a cualquiera desde fuera. Pero es que en este equipo uno pestañea más de la cuenta y se ve de golpe llevándole el agua y los bocadillos al resto. Rutenka, Romero, Entrerríos, Ugalde, Oneto, Juanín, Víctor Tomás, Nagy, Igropulo....la lista es colosal. Incluso los cuatro chavales que Pasqui subió al avión (integrantes por cierto de uno de los rivales del Pilotes esta temporada) ofrecieron un rendimiento y un desparpajo que anuncia grandes tardes para ellos. Además de chequera tienen una factoría en la base.
Ante aquello el Pilotes supo oponer coraje, sobre todo mientras la maquinaria del Barcelona no se quitó de encima la modorra de la tarde. El 9-12 de mediada la primera parte fue la última vez en que ambas galaxias estuvieron cerca. A partir de ahí el Barcelona fue agrandando la diferencia mientras los entrenadores vivían el partido desde sus pizarras mentales sin echar un simple vistazo al marcador. No era el día para ellos.
El Pilotes ofreció bastantes detalles interesantes. Con las salvedades a las que obliga un partido tan desigual como el de ayer, los vigueses parecen haber acertado en la mayoría de las incorporaciones para conformar una plantilla a la que no parece un exceso pedirle el ascenso. Polakovic y Fran González (los dos que viven su segunda etapa en Vigo) demostraron que van a ser esenciales en esta campaña por su determinación; Frade y Cerqueira parecen en condiciones de darle al equipo un pivote sólido; el brazo de Juanjo Ruesga (siete goles ayer y un par de balones a la madera) parece estar preparado para abrir muchas defensas cerradas, Maciel en la portería sacó algunas manos con acierto y Abramovich ofrece una explosividad que conectará con la grada pero que obligará a Quique Domínguez a largas charlas para domar a este caballo salvaje. Pasaron más inadvertidos Edu Moledo, Mikalauskas y sobre todo Barisic, aunque en esta clase de partidos supone una temeridad tratar de sacar excesivas conclusiones. El Pilotes y sobre todo su entrenador, Quique Domínguez, tampoco van a sorprender por el estilo de juego que van a practicar. Mucha defensa –aunque ayer fuese un juguete en manos de esa máquina que es el Barcelona–, velocidad y hacer entrar en juego continuamente a extremos y pivotes. Nada nuevo bajo el sol. El Barcelona agrandó la ventaja hasta donde le apeteció, pero el Pilotes sabe que ese universo no es el suyo. Si cumple, lo será a finales de mayo.

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